El otro día estuve viendo un reportaje de una fotógrafa que sucumbió mi punto de vista fotográfico, hablo de Annie Leibovitz , una estadounidense que comenzó como fotógrafa de la revista Rolling Stones cuando ésta aún no era famosa. Su trabajo le permitió aprender día a día sobre el arte de la fotografía.
Durante los primeros años de la revista fue la fotógrafa oficial de esta, hasta que se fue de gira con The Beatles , tras unos años entró en el mundo de la droga y gracias al apoyo de su familia y a la mano de profesionales consiguió salir y empezó a trabajar en la revista Vanity Fair y ocasionalmente para la revista Vogue. En esos momentos la revista Vanity Fair no pasa su mejor momento, por lo que le nombre de Annie le volvió a dar prestigio y muchos de los famosos aceptaron ser fotografiados.
Llegados a este punto cambió su visión de la fotografía por una más dirigida al mundo de la moda.
En su vida hubo personas muy importantes para ella, una de ellas fue Susan Sontag, una de las más importantes intelectuales de su época, con quien tuvo una relación intelectual-amorosa, Susan fue muy dura con el trabajo de Annie, lo que le hizo perfeccionarse cada día más. Estuvieron juntas hasta el fallecimiento de Sotang, que en palabras de Annie explicando la muerte a su hija, Susan volvió a la tierra para volver a formar parte de la vida. Otra persona muy importante para ella fue su padre que falleció un mes después de su amante Susan, recuerdo su rostro bañado en lágrimas al ver las fotos que le hizo a su padre en el hospital, momentos antes de fallecer.
Con los cincuenta años se dio cuenta de que se le había olvidado tener hijos y de ahí salieron tres hijos, hoy son las personas más importantes de su vida.
Ella declara no tener dos vidas, sino que tiene una, la fotografía. Una de las imágenes más bonitas y mas importantes de Leibovitz fue la foto de John Lennon junto con Yoko Ono, horas antes del asesinato de Lennon.
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